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CARBÓN
Se trata de un un combustible fósil y sólido que se encuentra en el subsuelo de la corteza terrestre y que se ha formado a partir de la materia orgánica de los bosques en la Era Primaria.
La explotación del carbón representa un múltiple y acusado impacto sobre el medio ambiente, clasificándose básicamente en las siguientes modalidades:
Consumo de recursos naturales como el carbón, el agua, la tierra y el aire.
Desde el punto de vista de la seguridad e higiene, el trabajo en minas de carbón puede producir Silicosis, entre otras enfermedades.
Existe el peligro real de explosiones gracias al temido gas Grisú.
En caso de minas a cielo abierto, el sistema de producción utilizado supone la excavación de un hueco en la tierra que destruye de forma importante el paisaje y modifica el ecosistema en el que se implanta.
Contaminación de aguas utilizadas para el lavado del carbón.
Las explotaciones mineras desestabilizan las tierras de superficie, facilitando la erosión por las aguas de escorrentía.
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PETROLEO
El petroleo constituye uno de los elementos líquidos más peligrosos del planeta, no por su naturaleza en sí, sino por el catastrófico uso que de él hace el hombre. La contaminación que provoca se manifiesta en varias formas:
En la extracción: se vierte parte del petróleo, directamente al espacio que rodea la prospección. Esto es especialmente dañino cuando se trata de extracciones en mar abierto.
EXTRACCIÓN DE PETROLEO.
El transporte es especialmente perjudicial y contaminante por la diversidad de situaciones y circunstancias que suelen ocurrir, por los obsoletos e inseguros medios e infraestructuras que intervienen y por las grandes cantidades de crudo que se manejan ordinariamente.
Estas son algunas de las principales consecuencias de este cúmulo de circunstancias:
Las operaciones de carga y descarga de crudo causan vertidos incontrolados en las localizaciones donde se producen.
Los grandes petroleros sufren con demasiada frecuencia graves accidentes que de nuevo tienen como fatal consecuencia el vertido al mar.
Las embarcaciones petroleras han de limpiar sus depósitos periódicamente para mantener una mínima garantía de calidad en el transporte. Para ello se introducen grandes cantidades de jabón, que después será expulsado directamente al mar mezclado con los restos de crudo que contenían.
La gravedad de los vertidos de crudo sufridos durante el transporte, determina la necesidad de prestar una especial atención a tan peligrosa actividad.
En el refinado: se contamina por la evacuación de los desechos de las refinerías.
Pero ¿qué daños produce el vertido al mar?
Son abundantes y, en la mayoría de las ocasiones, catastróficos. El petróleo, una vez en contacto con el agua, tenderá a flotar, lo que provocará, entre otros, los siguientes efectos:
Rechazo de los rayos de sol.
Dificultad de evaporación del agua, lo que condiciona la formación de nubes y, como consecuencia final, produce una modificación del microclima en la zona.
Impide la renovación del oxígeno del agua.
Ocasiona la formación de alquitrán, especialmente en los grandes vertidos debido a que las bacterias no han tenido el suficiente tiempo para asimilar los componentes del petróleo.
La capa de crudo termina cubriendo la playa, lo que provoca la muerte de toda la micro fauna de la zona. Estos microorganismos filtran y renuevan la arena, asimilando a la vez materia orgánica. Su desaparición desencadena el proceso de eutrofización y el deterioro general del medio.
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GAS NATURAL
Constituye un tipo de energía no renovable, ligado muy directamente a la industria del petróleo, aunque las consecuencias derivadas de su consumo son menos perjudiciales para el entorno natural. En realidad, debido a su menor impacto, se podría utilizar como una energía tránsito, capaz de sustituir con éxito al carbón al petróleo, a corto o medio plazo, hasta alcanzar un óptimo desarrollo y aplicación de las energías limpias. Esto representaría un freno a la dependencia hacia electricidad y petróleo y una reducción importante en la emisión de contaminantes. Analicemos sus ventajas e inconvenientes:
Ventajas en comparación con otras fuentes energéticas:
Barato.
Rendimiento energético mayor.
Suministro permanente que no obliga a almacenamientos ni se arriesga a desabastecimientos.
Reserva mundial inmensa (superior a la del petróleo).
Menor contaminación directa, debido a que no contiene azufre y la producción de CO2 es mínima.
Menor contaminación indirecta, pues no necesita transporte por carretera.
Inconvenientes:
No es una fuente energética renovable.
La instalación de conductos produce impactos ambientales, aunque limitados.
Genera elementos químicos en la combustión, aunque en menor proporción y con menor incidencia.
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La tecnología nuclear constituye actualmente una espada de Damocles que pende sobre nuestras cabezas. Es la fuente energética de mayor poder, aunque no la más rentable. Sus dos principales problemas son:
Desechos radiactivos de larga vida.
Alta potencialidad aniquiladora en caso de accidente.
El estudio de su impacto ambiental debe llevarse a cabo, analizando todo el proceso de producción de la energía nuclear:
La extracción del mineral provoca la contaminación por:
Sólidos: estériles de minería, que por su pobre concentración en Uranio son desechados, aunque sean activos.
Líquidos: aguas superficiales y subterráneas, que por procesos de lixiviación (filtración), arrastran los materiales de la mina.
Gases: Radón, gas radiactivo, que se libera a la atmósfera una vez abierta la mina y que entre en contacto directo con los mineros.
El proceso de concentrado y enriquecimiento se realiza en plantas de tratamiento, que generan idénticos desechos que en el proceso de extracción, pero en diferentes concentraciones. Una vez enriquecido el Uranio, está en disposición de ser utilizado como combustible en centrales de producción eléctrica nuclear.
Centrales eléctricas nucleares: el proceso nuclear genera una gran cantidad de residuos radiactivos, que deben almacenarse en las dependencias de la misma central y en depósitos especiales para material radiactivo. Producen contaminación de aguas (con las que se refrigera), tierras y aire.
Reactores nucleares: constituyen unidades energéticas móviles e independientes, generalmente utilizadas para la propulsión de submarinos y portaaviones de los ejércitos. Su peligro potencial es inmenso:
El riesgo de accidentes obliga a extremar las precauciones en el manejo de estas naves, pues una colisión, significaría la propagación en el mundo marino de la contaminación radiactiva.
El funcionamiento de estos reactores implica la producción de residuos contaminados, que han de ser depositados en algún lugar.
Riesgo de exposiciones a la radiación por parte del personal de las naves, debido a negligencias o averías.
Posible utilización de material bélico nuclear (después de Hiroshima y Nagashaki, no es necesario explicar sus posibles efectos).
De todos es de sobra conocido el tristemente famoso caso del acelerador de partículas en el hospital de Zaragoza. El fallo producido en la bomba de cobalto provocó la muerte de más de 20 personas. Este suceso es lo suficientemente descriptivo, para tomar en consideración la potencial peligrosidad de los elementos radiactivos.
Otra aplicación es la utilización, por parte de la industria, de materiales radiactivos para medir densidad, espesor, etc.
Los peligros que esconden muchos centros de investigación y experimentación nuclear, son tan variados como el tipo de trabajo que se realiza en ellos. Y en la mayoría de las ocasiones desconocidos.
El problema principal que se plantea a la hora de clausurar estas instalaciones es ¿qué hacer con los residuos radiactivos acumulados durante años?
Lo más corriente es que los residuos de alta actividad de almacenen en piscinas dentro de los recintos de las centrales nucleares y los de baja y media actividad se envíen a cementerios nucleares.
En resumidas cuentas, la clausura de centros nucleares suele ser más peligrosa y costosa que su puesta en marcha.
Como conclusión valga la siguiente reflexión: la manipulación de las fuentes energéticas acentúa la influencia de determinados estratos de poder en las estructuras sociales.
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